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Soy catalana de nacimiento aunque mis raíces son andaluzas. Nací el día del patrón de mi ciudad, así que llegué al mundo entre cohetes y música. Siempre he creído que no tenía un sentimiento de pertenencia hasta que me mudé. Ahora vivo en un pueblecito de Lérida, rodeada de montaña y de naturaleza. Pasé del entorno urbano al entorno rual, del mar a la montaña. ¡Menudo reto! Pero esto me permitió emprender mi camino y por eso estás aquí hoy leyéndome 😊
Siempre he sido una persona muy observadora y curiosa. Desde pequeña me interesaba todo lo que tenía que ver con la mente humana. Recuerdo como me encantaba mirar las series donde analizaban el comportamiento de las personas para sacar conclusiones de su personalidad. Sabía que quería poder hacer eso en el futuro y, además, quería ayudar a las personas que estaban pasando por momentos difíciles. Así que lo tuve claro: era la psicología o no era nada. Así emprendí este precioso camino.
Cuando empecé a ejercer como psicóloga también creé un perfil en Instagram para poder acercar a más personas a mi pasión. Ese espacio me ha permitido llegar a más almas y tejer una red maravillosa de personas que como tú y cómo yo, transitan momentos y etapas vitales de todos los colores.
Otra de mis pasiones son los animales. De pequeña siempre decía que quería tener una granja para ayudar a los máximos animales posibles. Ahora, comparto mi vida con mi perro Max y mi gato Sky.
Ellos me enseñan a vivir despacio, a disfrutar del momento y a parar. Cosas que pueden ser difíciles de hacer en un día a día cargado de prisas.
Esa calma es la que intento transmitir en el espacio terapéutico para que el proceso pueda cocerse a fuego lento, respetando los ritmos de cada persona.
Conozca todas las teorías, domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana.. sea a penas otra alma humana.
CARL JUNG
Llevo aprendiendo sobre psicología desde el año 2015 y siento que nunca dejaré de tener ganas de saber más sobre este apasionante mundo. Además, considero que la formación continua es imprescindible para poder ofrecer un acompañamiento de calidad a las personas que confían en mí cada día.
Siento que las personas somos mucho más que lo que se ve a simple vista. Como un gran iceberg. Podemos observar con más facilidad la punta de arriba: aquello que nos genera malestar. Pero es importante adentrarnos en aquello que no se ve, la base que lo sostiene todo. Si solo nos centráramos en la superficie nos estaríamos dejando una parte imprescindible por descubrir. Es por este motivo que trabajo desde un enfoque profundo, basado en el trauma y el apego.
Además, mi perspectiva es integradora, lo que quiere decir que tengo en cuenta la multiplicidad de factores que influyen en las personas, tanto internos como externos (el contexto, las relaciones, los pensamientos, el nivel socioeconómico,…). Trato de tejer un traje a medida adaptado a las necesidades concretas de cada persona. Tod@s somos diferentes y, por eso, cada proceso de terapia es único.
Para mí es imprescindible cuidar del vínculo terapéutico. Sin él, es imposible que el proceso funcione. Por este motivo, concibo el espacio terapéutico como un lugar cercano en el que poder ser un@ mism@ y sentirse libre. Solo desde un vínculo seguro se pueden sanar las heridas de nuestra historia.